viernes, 26 de abril de 2013

CUANDO SEGUIMOS VIVIENDO COMO NOS PLACE


Hola, ¡¡¡bienvenidas!!! Comencé hablando de la necesidad de ejercer la disciplina en cada una de nosotras, sin ella no alcanzaremos el gran logro de convertirnos en discípulas del Señor. Le dije que le iba a enseñar a vivir de acuerdo a la Palabra de Dios y eso es lo que este espacio pretende hacer, cambiar de dirección en la conducta de vida.

Vivimos en un mundo facilista, light, automático, estrepitoso y desigual, pero estamos en el mundo pero no pertenecemos a el, así lo describe sabiamente la Biblia.

Es interesante lo que el apóstol Pablo dice en el libro de Gálatas 2:20 Sagradas Escrituras (1569)

“Con Cristo estoy juntamente colgado en el madero, y vivo, no ya yo, sino vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo por la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó a sí mismo por mí.”

¿Perdón? ¿colgado en un madero?, creo que la mayoría de los cristianos, o los que dicen serlo lo que menos hacemos es colgarnos de un madero, nos gusta hacer lo que nos place, aún sabiendo lo que Dios dice en su Palabra. La pregunta interior es ¿porqué?

La respuesta es simple, no hemos muerto a nuestros deseos y pasiones, seguimos viviendo para nuestros deleites, y es demasiado sacrificio estar colgada en un madero, para que seamos la burla de otras, para que se nos rían en la cara porque no hacemos lo que el sistema de este mundo hace, porque existe en nuestro interior una raíz de rebelión adánica la cual se opone a ser obediente y obediente hasta la cruz. Hoy no es un madero como le tocó a Jesús, pero sí es una muerte día a día de nuestro yo, crucificando bajo su voluntad todo nuestro ser interior y exterior. Ardua tarea.

Ejemplo nos dejó el Señor Jesús que nos amó y se entregó por nosotros, y mientras tanto… ¿cuantas veces hemos pisoteado su sangre? ¿Cuántas veces hemos desobedecido a sabiendas? Pero claro, Dios es ese Padre que perdona sin cesar… teología errónea. El reloj de Dios corre, los minuteros del altísimo suenan como campanadas en su Reino, y El espera pacientemente a sus hijos que se vuelvan a El de todo su corazón, alma y mente, cambiando su estilo de vidas cristianas basadas “a mi manera”. Hasta que de pronto como cualquier Padre a su hijo le dice “hasta aquí llegaste”, es hora de enderezar tus pasos”.

No siempre la disciplina es bien recibida y a veces he oído en mi oficina pastoral personas decir,- ¿Por qué yo? si soy buena, no le hago mal a nadie, doy todo lo que puedo… pero su corazón está lejos de El. El Padre solo quiere tú corazón, tu obediencia.

Aún recuerdo las sabias palabras de mi pastora Susana Belart que hoy disfruta de estar con el Señor de Señores, “hay que obedecer, sin entender”.

La obediencia es una arma de guerra, pero el pueblo de Dios juega con ella, toma lo que le gusta, juzga lo que no le gusta, y termina haciendo lo que le parece, entonces tenemos un pueblo que no ha muerto para sí, sigue estando vivo en la carne y alimentando sus pasiones desordenadas, imitando al mundo disfrazado de vanagloria y estupideces humanas.

Dios espera de sus hijos que le obedezcan, como Jesús lo hizo, obedeció hasta la muerte.

El no te pregunta si estas de acuerdo, El solo pide obediencia sin límites.

Estamos atadas a cosas vanas, nuestra mente es presa de este sistema que nos fagocita día a día quitándonos todo tipo de fuerzas y creencias. Cada vez más se adultera sus enseñanzas de vida, y la gente va a donde sus dulces oídos quieren oír  lo acomodado a ellos, mientras tanto la vida se les pasa.

En el primer espacio hable de Reino, Dios necesita entrenar a su ejército pero primero debe disciplinarlo esto es discipularlo ya que ambas palabras son sinónimos. Pero no es a tu manera, es a la manera de Dios.

La desobediencia y el orgullo van de la mano, el egoísmo humano también hace lo suyo y estas combinaciones humanas nos desacreditan como verdaderas discípulas del Rey.

Dios quiere darnos el Reino, pero primero hay que morir a lo terrenal.

Dice la Biblia en Colosenses 3:1-3

“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.  Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios”.

Este pasaje dice: “porque habéis muerto”. Primero debemos morir al yo, a nuestros egoísmos y sobre todo a nuestras desobediencias para así resucitar con Cristo y entrar en el nivel de estar escondidas en El.
Con el poder de la resurrección atraeremos el Reino, los milagros, lo sobrenatural. Los perdidos oirán que hay salvación para sus almas, cuando hayamos dejado de pensar en nosotras y pensemos mas en lo que El quiere.

Amigas, busquemos las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios y ordenemos nuestros caminos, pongamos nuestros ojos en las cosas de arriba, no en la de este mundo y el cielo atraerás a tu favor.

Seamos uno, como El y su Padre son uno, y aprendamos la obediencia. Obedecer es mucho mas que establecer normas y ejecutarlas, es dar la vida como lo hizo Jesús.

Hoy, le decís a la gente que tiene que sacrificar una hora para asistir a ser discipulados por un maestro y te dice: “no tengo tiempo”, y luego le dicen a Dios porque me pasa esto a mí… ¿tan pobre es nuestro evangelio?

Vivamos para agradarle, saquemos lo que no sirve, nos humillemos, reconozcamos nuestros errores y le pidamos sanidad, hablemos en su idioma y El nos oirá.

Les amo en el amor de Jesús, estoy para servirles.  Hasta la próxima semana.

Pastora Alicia Pérez Rosa 

viernes, 19 de abril de 2013

Discipulado y Disciplina



Hola. ¡Bienvenidas!! Es un gusto poder trasmitir en este espacio de reflexiones un entrenamiento para formar una generación diferente.

He leído muchos espacios pero éste se caracterizará por algo en particular: “enseñarles a vivir” no según mis conceptos sino basado en la Palabra de Dios. Así se formará la “Gran red viviente”. “El gran ejército de Dios”

Este formato que semanalmente escribiré está dedicado a todas las personas que anhelen hacer historia, que deseen crecer y desarrollarse, para eso no puedo empezar de otra manera; como primer tema, hablarle de la disciplina.

Si digo que formaré desde esta página a miles de personas es porque es lo que Dios necesita,  un formador, alguien que enseñe a vivir a su pueblo. De esa manera la vida toma otra dimensión. La formación no es fácil, pero no imposible.

Cuando aceptamos a Jesús en el corazón nacemos a una nueva vida, pero esa nueva vida conlleva un paquete de una reorganización, en nuestra alma, mente, espíritu y por sobre todo una nueva manera de vivir.

Romperé estructuras mentales, paradigmas que pertenecen al antiguo sistema en que nos movíamos, le llamaremos el viejo reino en donde aprendimos y ahora debemos desaprender y aprender según lo que Dios quiere, no según lo que a mí me parece y por qué no también romper con sistemas religiosos que nada tienen que ver con el verdadero estilo de vida según Jesús.

No trataré de la religión vana y vacía, sino de un estilo de vida basado en los principios escondidos de la Palabra de Dios, La Biblia, interactuaré con experiencias vividas físicas y espirituales.

Eso es cambiar la mentalidad de este mundo por una mentalidad de Reino, escribo esta palabra con mayúscula ya que me refiero al Reino de los cielos, si vives en ese Reino debes aprender a moverte en el lugar donde interactúas. Pero no me adelantaré a contarles de él.

Si dije primeramente que la base para comenzar es la disciplina, comenzaré por allí.

Disciplinar significa hacer a una persona su discípulo

La raíz de la palabra disciplina es discípulo “DISCÍPULUS”. En el griego esta palabra es “paideia”, denota la formación dada a un niño, incluyendo la instrucción; de ahí la disciplina, la corrección regulando el carácter, las motivaciones del corazón y sobre todo los pensamientos. Formación en todo sentido de la palabra. Es importante que cambies tu manera de pensar porque  de la manera que pienses de ti, eso eres. Debes darte una oportunidad a un nuevo tiempo.

Conocí mucha gente que no soportó el discipulado, “la disciplina”, porque quieren vivir “a su manera”. Dicen conocer al Maestro, pero son indisciplinados e inmaduros y a la larga los he visto fracasados, desorganizados, sin rumbo, faltando a sus deberes y responsabilidades y sobre todo sin propósito en la vida. Cambiaron su Señor por las distracciones de este mundo. Pero esto es una elección de vida.

Cuando usted forma un discípulo no solo enseñará y formará sino disciplinará, corregirá lo que para él está bien, pero no es nada más que un mal aprendido. Corregir es reorganizar, es plantear una nueva jugada, es ponerle el “palo guía a la planta en crecimiento”. El entrenador, discipulador, mentor, guía, transferirá un espíritu en él y le enseñará a vivir.

DISCIPLINA: es ordenar tiempos, tener prioridades de vida, amar la responsabilidad y no huir como hacen muchos, cumplir con nuestras obligaciones y corregir lo que está mal encaminado. No solo trasfiere conocimientos, la idea es ponerlos en práctica.

La idea es: "Sígueme y te ayudaré a aprender conductas que te ayudarán a evitar que sigas por el mismo camino antiguo, que te permitirá hacer y mantener relaciones sanas. A través del discipulado te ayudará a desarrollar tu personalidad, carácter y tu potencial intelectual, espiritual y físico para tu éxito de hoy y del mañana.
La vida con propósito te hace feliz.  

La meta de la disciplina es enseñarte a vivir, creando hábitos novedosos, olvidándote de lo mal enseñado para convertirte en una persona con alto rendimiento espiritual.

Cuando eres disciplinada en tus acciones cotidianas, con tu familia, en la iglesia, en tu ámbito laboral, dentro de tu comunidad, no hace falta que te vigilen y controlen, porque tú misma estás al pendiente de cumplir lo que te corresponde.

Con la disciplina desarrollas la capacidad de ejercer control de tus deseos, carácter, emociones, lenguaje y actitudes; todo esto te ayudará a conseguir las metas que te has trazado, convencida de lo que quieres nada ni nadie te moverá de tu idea.

El dominio de nosotros mismos no ocurre porque sí, necesitamos que nos guíen, para eso este espacio.

Eliminar una conducta indeseada y sustituirla por una mas elevada suele ser un proceso a largo plazo. "hacer un discípulo y ser un discípulo" no es fácil, y que va a ser una tarea para perseverantes.

Muchas veces nos ponemos objetivos, y no los cumplimos por falta de la autodisciplina. Empezamos algo y no lo terminamos, y eso causa frustración.

De la disciplina se hace un hábito. Pero para ser disciplinados tenemos que crear ese hábito ya que nadie nació con él.

La disciplina del discípulo en cambio proviene de la obediencia, producto de haber entendido que "ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí", como dice el apóstol Pablo.

No se trata de obedecer por miedo al castigo divino, o para que nos vaya bien por simples egoístas, sino que esta obediencia se funda en una entrega diaria al señorío de Cristo que se manifiesta en la búsqueda de su voluntad a través de la obediencia a su Palabra, y entrega diaria.

Va más allá de "cumplir" como cristianos asistiendo a la iglesia, colaborando "con la obra". Es sentirnos parte de Su Pueblo, es estar comprometidos con sus planes, al punto de involucrar nuestra vida sirviendo al Señor.

Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad” (Hebreos 12:7 al 10)

La disciplina es obediencia a lo que se te indica porque eres hija.

La corrección duele pero cuando la recibas acéptala en silencio, sin comentarle a nadie nada, el discípulo es direccionado para sacar lo mejor de sí y para que trabaje con su corazón.

AUTO CORREGIRNOS ES DISCIPLINA - RECIBIR DIRECCION ES DISCIPLINA

Cuando no hay corrección y disciplina para tu vida refleja de la falta de trabajo interior. Debemos auto corregirnos, para eso debemos ver nuestra desnudez. Creo que a nadie le gusta ver sus errores o en lo que debe cambiar, pero disciplinar en entrar a hacerse cargo responsablemente de las cosas que debo modificar en conductas de vida. Si no lo acepto ¿como lo cambiaré?

Dios es el único que puede escarbar el corazón y sacarnos del pecado. La Biblia dice:

“Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados” (Hebreos 12:11)

EJERCITADOS: del griego “gumnazo” que significa ejercitarse desnudo (gumnos: desnudo) (sin máscaras) entrenar el cuerpo y la mente, produciendo el ejercicio espiritual: el fruto de la JUSTICIA= “todo aquello que es recto o justo que ha sido señalado por Dios para que sea reconocido y obedecido por el hombre”

APACIBLE: PAZ PRODUCIDA POR LA COMUNIÓN CON DIOS MEDIANTE SU DISCIPLINA

“EL TEXTO QUEDARIA ASÍ: NADIE SIENTE SATISFACCION EN LA CORRECCION SINO TRISTEZA, PORQUE SE TE  DESNUDA TU DEBILIDAD, PERO LUEGO QUE HAYAS OBEDECIDO A DIOS, TE HAYAS DEJADO CORREJIR, DIOS TE DARÁ PAZ YA QUE ASI ESTAS EN COMUNION CON EL”.

El corazón esta bajo la ley del desorden continuo. La naturaleza esta bajo esta ley que en forma continua desordena lo que esta en orden, te invito a que juntas podamos ordenar nuestros caminos y aprender a vivir una vida de éxito.

Dios tiene planes con las que le buscan, atrévete a darle una oportunidad, abre tu manera de pensar para que el proceso de cambio llegue, si eres estructurada en tu pensamiento lo que sigue lo verás como locura, mira con los ojos de la fé, y comenzarás a ver el Reino.

Hasta la próxima semana. Dios te bendice.

Pastora Alicia Pérez Rosa