¡Hola!!
¡Dios les bendice!! Creo que muchas veces, mas de una de nosotras hemos
renegado de ser “mujeres”, he escuchado frases como “los hombres la pasan
mejor”, la vida les sonríe mas”… “ellos no sufren como nosotras”… en fin…
innumerables comparaciones que tienden a volcarse en un vacío sin respuestas
claras, pero la verdad es que muchas veces nos hemos sentido con serias
desventajas con nuestro sexo opuesto.
El
hombre, la mujer, dos seres tan bellos y tan diferentes, creo que la gran
mayoría de las personas ve esto como un verdadero obstáculo cuando en realidad
es lo más positivo que nos pueda pasar, ser distintos nos hace potencialmente
mas fuertes.
Ser mujer no es fácil, más cuando en nuestro
entorno familiar no fuimos enseñadas correctamente. Como solemos decir, “nos
vamos criando, como se puede”. Pero la realidad es que al tener una mujer
ejemplar a nuestro lado, podemos sacar de ella las virtudes, ejemplos de vida más
preciados y sobre todo que el carácter de esa mujer con propósito esté
impregnado en nosotras.
Creo
que la mujer es única, no hay comparativos en el mundo que se asemejen a ella,
es hermosa aunque no tenga belleza física, es sagaz por mas que no tenga edad
suficiente, es extremadamente observadora y delicada, cuando sus ojos parezcan
estar mirando al vacío. Guarda dentro suyo una madre “leona”, quien toca a sus
cachorros se las ve con ella.
Es
comprensible, pero no deja de opinar. Es tierna pero no deja de marcar límites.
Ama aún sin recibir nada a cambio. Espera por mucho tiempo, confía, cree, sin
ver la vida como se le pasa presurosamente.
La
mujer es esa fuente de tesoro que jamás se termina por conocer, es fuerte no
por sus músculos sino por su estigma de fortaleza, su estirpe, su linaje la
hace característica de aquellas aves que vuelan a las alturas.
Me
encanta ver como siempre nos ingeniamos para salirnos con ese consejo que jamás
ningún hombre sobre la tierra lo daría, pero ahí estamos nosotras para opinar
mientras el mundo se viene abajo.
Somos ese
jarrón de barro, hecho por el orfebre que hizo los cielos y la tierra,
apreciadas por El en gran forma, porque tenemos cualidades de nuestro creador.
Somos
conquistadoras pese al mundo hostil que nos rodea, no importa cuanto ni como,
nos levantamos en armas y todo ejército se desmorona.
Siempre
con mucha perseverancia logramos alcanzar lo que nos proponemos.
En
medio del dolor, sacamos esa fuerza interior que solo Dios sabe donde la guardó
en nosotras, pero no nos dejamos caer, salimos a flote porque somos el mar, no
el bote.
Escondemos
en nuestro corazón tesoros escondidos, solo los compartimos con aquellos que lo
valorarán de por vida.
Guardamos
los secretos porque somos ese pañuelo lleno de emociones y espera.
Realmente,
después de analizar nuestros cambios hormonales, nuestro humor, nuestra manera
vertiginosa de ser, no dejo de admirarme
del potencial que hay dentro de nosotras.
Llevamos
la vida dentro, somos generadoras de vida, nuestros vientres hacen historia.
Somos
ese ejército en singular, somos esa antorcha en medio de la oscuridad, somos
ese camino en medio del desierto, somos ese capricho envuelto en telas de seda.
Peligrosas
y astutas. Provocadoras e insolentes, donde hay mujeres siempre hay conflictos,
está en nuestra especie.
Innovadoras
pero determinantes. Trabajadoras como aquellas mujeres virtuosas que todo lo
pueden. Sabiduría busca a la mujer, la que la halla encuentra una fortuna de
incalculable valor.
Sonreímos
cuando el ambiente está para llorar, damos un abrazo cuando no lo sentimos,
somos esos seres extraños que mutan con el tiempo, nos parecemos a ese vino
añejo, cuantos mas años pasan nos volvemos mas sabias y experimentadas.
Cuantas
mujeres tantas veces desvalorizadas… tantas veces despreciadas…abandonadas aún
por sí mismas, pero ahí se ocultan en el
recuerdo… y siguen siempre de pie, pese al que dirán, caminando a pasos lentos.
Les
escribo a aquellas mujeres que no saben que son una joya de alto precio, les
escribo a aquellas que la vida les trató cruelmente, pero no importa las marcas
que te hayan hecho, importa que hay alguien que puede borrar lo viejo y hacerlo
todo de nuevo.
Quiero
presentarte a ese varón perfecto, Jesús, el hijo de Dios que murió y sacrificó
su vida para que hoy podamos tener vida eterna. Si solo le das una oportunidad
a El, tu vida cambiará para siempre. Serás lo que El planificó para ti, no la
circunstancia sino el destino de gloria incrustado en tu ser interior.
Mujer
eres especial, en el tablero de ajedrez de Dios ocupas un lugar fundamental, no
importa que hayas salido a la vida de peón, poniéndote en las manos de Dios y
caminando de sus manos, sorteando todo obstáculo llegarás a ser coronada reina.
No
pierdas el tiempo en cosas que no te aprovechan. Usa el carretel de tu vida
para servir a los que menos tienen y le estarás sirviendo al Rey de Reyes y
Señor de Señores.
Usa los
dones y atributos que Dios te dio, úsalos para tu bien, para el bien de los
tuyos, para el beneficio del que lo necesite.
La
Biblia dice: “PROVERBIOS 31:10
“Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? porque su estima sobrepasa largamente a la
de las piedras preciosas.
Si dejamos a Cristo cambiarnos a mujeres virtuosas habremos
encontrado la verdadera felicidad.
1 CORINTIOS 11:12 “Pero en el Señor, ni el varón es sin la
mujer, ni la mujer sin el varón; porque así como la mujer procede del varón,
también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios.
Procedemos de Dios, y somos hechos a su semejanza, ninguno
es mayor que el otro, somos uno en Cristo Jesús.
Gálatas 3:28 “No hay judío ni griego; no hay esclavo ni
libre; no hay hombre ni mujer; porque todos sois uno en Cristo Jesús.”
Ambos, tanto el hombre como la mujer cumplimos roles
diferentes, pero ninguno es mayor que otro, “todos sois uno en Cristo Jesús”.
Hasta la próxima semana!! Seamos uno como nuestro Señor nos
enseñó. El poder de la unidad hará milagros extraordinarios.
Pastora Alicia Pérez Rosa